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Por fin llega la primavera y comienza la estación del año, junto al otoño, más entretenida para todos los que somos aficionados de la pesca con señuelos.
El principal motivo por el que todos nosotros esperamos este momento, recae en el tan ansiado aumento de la temperatura y de horas de luz que viviremos los próximos meses, provocando que muchas de las especies de nuestras costas comiencen la preparación de su periodo de cría.
Los amantes del Spinning estaremos muy atentos al inicio de esta nueva temporada, aprovechando los acercamientos de las especies de esta época a nuestros spots de pesca favoritos, en busca de alimentos y para realizar su reproducción.
Evitar zonas de mucha afluencia de pescadores puede marcar la diferencia. Fotografía: Luis.
Comenzaremos esta primera parte de la serie, analizando tres de las especies más buscadas en primavera en la modalidad de Spinning desde costa: la lubina, la barracuda y la anjova.
La lubina, también conocida como La Reina de Mar, es una especie que, si bien durante los meses invernales es frecuentemente buscada para dar con sus grandes ejemplares, también se tornará protagonista durante los meses de primavera, esta vez en un tamaño menor aunque mucho más abundante.
A medida que pasen los días y la época estival se vaya acercando, irá dejando poco a poco su papel principal a otras especies.
No te obsesiones con usar tu señuelo favorito, prueba distintos modelos y colores en todas las zonas. Fotografía: Nestor.
Podremos dar con ellas en todo el territorio nacional y para conseguir su captura las buscaremos utilizando toda clase de señuelos.
A principios de la estación, a menos que la pesquemos en playas muy someras, para la captura de esta especie evitaremos utilizar artificiales para la pesca en superficie, ya que por norma general ofrecerán un peor resultado si la temperatura del agua aún sigue siendo baja. En este caso, optaremos mejor por realizar su busqueda con muestras que realicen su acción bajo la superficie del agua, seleccionando para ello, vinilos con cabeza plomada de pequeño o mediano tamaño (5 a 12 cm) que seguro harán las delicias de estos recelosos peces.
Las lubinas cazan en emboscadas por lo que si queremos aumentar el número de picadas, deberemos siempre tener en cuenta que el grosor de nuestro bajo de línea sea muy fino y así evitar ser descubiertos por esta desconfiada especie.
En cuanto a la recogida de nuestro artificial, obtaremos por aquellas horizontales no demasiado rápidas recuperandolo poco a poco mientras damos toques de puntera suaves, permitiéndole preparar su futuro ataque.
A veces, tras picar, la barracuda nada rápidamente hacia nosotros aflojando la línea pareciendo una picada fallida. Fotografía: Luis Alejandro Cruz.
La barracuda es otra de las especies a tener en cuenta durante esta primavera, sobre todo en la zona del mediterráneo.
Aunque esta especie se puede encontrar durante todo el año en zonas de gran profundidad, será un buen momento para dar con los grandes ejemplares a principios de la primavera, dejando paso para mediados de la estación, a las barracudas de un tamaño menor que retornarán a la costa para realizar la freza luego de estar esperando resguardadas y seguras en aguas más profundas.
Dado que se trata de un pez de hábitos nocturnos, el mejor momento para ir a por ella lo encontraremos antes del amanecer o a la caída del sol.
Nuestra mejor elección en cuanto a señuelos para intentar capturarlas, será el uso de grandes artificiales del tipo Long Jerk (17 a 19 cm), preferentemente de colores blancos o naturales con brillo, aunque no debemos desmerecer la posibilidad de utilizar minnows de un tamaño menor (10 a 15 cm).
Recuerda que a la barracuda no le gustan las recogidas rápidas, así pues, recuperar lentamente intercalando algunos tirones y paradas nos otorgará la clave del éxito.
Cuando este pez salta para zafarse lo mejor es bajar la caña y tensar la línea para ponerselo más difícil. Fotografía: Rubén.
La anjova. La llegada de la primavera nos ofrece la aparición de otra de las grandes especies de esta época, la voraz anjova.
Sus ataques y saltos la convierten en un pez de los que crean afición. Podremos encontrarlas generalmente cazando en desembocaduras de agua dulce o zonas portuarias.
Se trata de una especie que necesitará del transcurrir de los días para ir ganando notoriedad durante la primavera, siendo a partir de mayo, el mejor momento para capturarlas. Su captura se encuentra muy unida a los cambios de luz, resultando un exelente momento para dar con ella el amanecer y atardecer. De igual manera, podremos tentarlas durante las horas centrales día, aunque nos resultará más difícil conseguir atraerlas y engañarlas.
Cambiar la velocidad de recogida a una más lenta puede funcionarnos en ocasiones cuando las anjovas no están por atacar nuestros señuelos. Fotografía: Jordi.
Para provocar su picada primero debemos descartar el uso de vinilos ya que resultarán casi siempre ineficaces. Con casi toda seguridad, supondrá la pérdida de la picada y de nuestro señuelo debido al corte que el animal realizará sobre nuestro engaño a la hora de embocarlo con sus afilados dientes.
Nuestra mejor opción pasará por hacer uso de minnows de gran tamaño, jigs para conseguir abarcar grandes distancias o paseantes de superficie para comprobar si decide entrar a cazar por esa capa del agua. Utilizaremos, por norma general, para todos estos tipos de señuelos comentados, colores claros y muy brillantes.
Su pesca la realizaremos siempre con tirones enérgicos y recogidas continuadas, no debiendo tener miedo de recuperar rápido ya que trataremos con un pez muy veloz y agresivo que no dudará en lanzarse como un torpedo a por su falsa presa.